domingo, 21 de junio de 2009

FANTASMAS

Han vuelto los recuerdos empaquetados en tardes lluviosas, han despertado por culpa de la cafeína instantánea de mala calidad, ya no me alcanza para capuchinos en cafeterías cool y los sueños se han escondido tras las nubes. El invierno es una cárcel que me obliga a divagar y eso es peligroso para un tipo como yo, pues puedo conjugar tantos tiempos e inventar muchas historias que al final se estancan y resultan siendo barquitos de papel navegando en charcos hacia el río pensativo. Que el invierno se lleve la mala costumbre de perder el tiempo así y me devuelva las mariposas del jardín y un poco de pisto para comprarme un buen libro y un buen café.

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